Peter Kornbluh en Seminario Documentos Secretos y Chile: “Nosotros somos evangelistas por el derecho de saber”

El pasado viernes 30 de agosto se llevó a cabo el Seminario «Documentos Secretos y Chile”, organizado por la Carrera de Periodismo de la Universidad de Concepción. En la ocasión, Carlos Basso, periodista y autor del libro “La CIA en Chile”,  Mauricio Weibel, corresponsal de la Agencia de Prensa Alemana (DPA) y Peter Kornbluh, Director de la parte de Chile y Cuba del  National Security Agency, expusieron sobre los hitos que han marcado su trabajo como periodistas de investigación.

Carlos Basso, anfitrión del evento, comenzó su exposición revelando un dato interesante sobre el total de documentación secreta relacionada con Chile, y especialmente con la dictadura de Augusto Pinochet, dentro del U.S Department of State de Estados Unidos. 23 mil archivos creados gracias a la relación entre la Agencia Central de Inteligencia (CIA) y los chilenos, estaban escondidos en la tierra del tío Sam.

Las palabras seguían y el profesor Basso no cesaba en  relatar su experiencia en cuanto a la desclasificación. Entre tanto dato duro, dio al conocimiento del público casos ocultados por los agentes de la CIA, como por ejemplo, los casos Weisfeiler y Horman, los únicos norteamericanos que resultaron ser víctimas del régimen militar de 1973.

Pero lo más sabroso vendría con lo referido al proyecto “Documento Media”. Basso explicó que esta idea, de alguna manera, revolucionaria a la UdeC, creando un centro de documentación y de periodismo de datos sin fines de lucro en la universidad. Una noticia que, sin duda, alienta a todos los estudiantes y profesores de la Carrera de Periodismo.

Luego sería el turno del corresponsal Mauricio Weibel, quien reflejaba en su rostro una calma infinita, y que además, dejaba escapar una que otra carcajada. La charla se desarrolló en un ambiente ameno y relajado.

Weibel, el autor del libro “Asociación Ilícita, los archivos secretos de dictadura”, dio cátedra de la pasión que se debe tener al ejercer este oficio. Según él, el periodista debe ser diferente y generar la noticia, no ir tras ella.

En su charla no faltaron las declaraciones de alto calibre. Narró de manera sensacional su trabajo de investigación y entre sus declaraciones saltaron al baile el ministro Chadwick y el presidente de la Unión Demócrata Independiente, Patricio Melero, quienes, según el expositor, habían participado en los planes maquiavélicos ideados por los altos mandos de aquella oscura época de Chile.

Weibel hizo alusión a que todo lo acontecido fue gracias a una política de Estado y no  sólo de algunos hombres de gafas negras ocultos en un subterráneo tratando de dominar el mundo.

El segundo tiempo del seminario sería para el rockstar de la documentación secreta. La fanaticada pedía a gritos a Peter Kornbluh, y no se decepcionarían. No era Clark Kent que dejaba ver el traje de Superman tras la fachada de periodista, pero de igual forma Kornbluh no dudó es desabotonarse la camisa para dejar al descubierto el eslogan “Documentos o muerte” plasmado en su polera. El número más esperado de la mañana  dio a conocer su simpatía, irradiando la misma pasión por el oficio que proyectaban sus colegas.

Las palabras en mitad español-inglés que salieron de su boca declararon, y para aclarar toda duda existente, que ni la National Security Archive ni él pertenecían a los cuarteles de la CIA y que todo su trabajo era dedicado a empujar al gobierno de Estados Unidos a hacer las desclasificaciones.

Entre las frases más célebres del creador del mejor libro de la categoría no ficción del año 2003, “The Pinochet Files”,  estaba: “nosotros (refiriéndose a sus compañeros de labores en Washington) somos evangelistas por el derecho de saber”. Esta afirmación fue concretada, según cuenta el norteamericano, con la detención de Pinochet el año 1998. “Desde ese día, el gobierno de Clinton debió desclasificar los documentos de la dictadura”, dijo a los auditores del salón.

Con casi tres horas de charla y luego del vacío instalado en la mesa tras la estampida de los canapés, se daba fin al único seminario encargado de unir a las mentes más controversiales a la hora de buscar papeles viejos con un fin específico, desentrañar la evidencia que se encargue de esclarecer los hechos ocurridos en el golpe militar y que están próximos a conmemorar 40 años de sombras en la historia chilena.