Son muchos los desafíos que las minorías sexuales deben enfrentar. La heteronorma que aún prevalece en gran parte de la sociedad afecta especialmente a las personas trans. En el mes de la visibilidad LGBTIQ+, recordamos la importancia de reconocer la identidad de las y los estudiantes trans.
Por Scarlett Ávila
El término “trans” es representado con la letra T en las siglas de la comunidad LGBTIQ+, y hace referencia a las personas transgénero y transexuales, las cuales se caracterian por no identificarse con el género que nacieron.
Según las cifras del Movimiento de Integración y Liberación Homosexual (Movilh), en 2020 hubo un incremento de casi un 15% en casos y denuncias por homofobia y transfobia en Chile. Esta cifra deja en evidencia los problemas con que deben lidiar los integrantes de esta comunidad desde el momento en que deciden vivir abiertamente su orientación e identidad sexual.
En la actualidad, ser abierta y públicamente parte de la comunidad LGBTIQ+ sigue siendo un desafío, principalmente por la incertidumbre que conlleva ser aceptado o no. “Se convierte en un salto de fe; puede ser que te acepten y todo bien, o puede resultar un martirio”, explica el estudiante trans, Anton Ferrada.
Una manera de apoyar a las alumnas y los alumnos trans en la universidad es reconocer y utilizar su nombre social en los distintos espacios de interacción, informando a docentes y estudiantes sobre la correcta manera de dirigirse a cada una y uno de ellos.
La lucha contra la identificación de género es un camino con muchas piedras y uno de sus principales desafíos es enfrentarse día a día a la heteronorma que predomina en la sociedad. En su experiencia, Anton relata que en ocasiones las personas no lo identifican como tal, a veces por error y sin maldad. Confiesa que en la mayoría de los casos, no se detiene a corregirlos por lo agotador que resulta hacerlo.
Muchas personas trans requieren acompañamiento psicológico por lo complicado que puede resultar su transición dado el poco reconocimiento social y rechazo que se genera a su identidad. Es importante crear espacios seguros para que pueden desenvolverse, por ejemplo, preguntándoles por los pronombres (Él/ella/elle) que les acomodan y con los cuales se reconocen a sí mismos.