Irene Geis

Aunque Irene Bluthenthal Geis nació en Alemania, pero fuera de sus apellidos y el color de sus ojos, para todo el mundo es una de las destacadas mujeres profesionales chilenas que le han dado un gran valor y nivel al periodismo nacional.

En 1969, llegó a la Escuela de Periodismo de la Universidad de Concepción como docente y periodista laureada. Venía de Santiago, luego de recibir nada menos que el Premio Lenka Franulic y el Premio Taller de los 60 que otorga Casa de las Américas, ambos en 1967.

Desde el primer momento su entusiasmo, sencillez y jovialidad contagió a muchos. Siempre tenía una palabra de aliento y una idea a desarrollar para sus estudiantes. El área de prensa era su especialidad, viniendo a reforzar esa cátedra que había tenido a grandes maestros en la zona.

Para hacer esta columna debimos ubicarla mediante una red de amistades y colegas en la capital. Así, vía Internet, nos respondió, con sorpresa, calidez y alegría de saber de la Universidad de Concepción. Nuestro deseo es que nos hiciera llegar un curriculum para hacer esta columna. Después de varias semanas nos llegó el encargo. En una simple y sencilla carilla resumía su vida tan llena de experiencias y éxitos profesionales, agregando que la fotografía la haría llegar a través de una amiga común. Posteriormente nos reiteraría que ese era todo su curriculum. Así de sencilla y sobria es ella.
Irene Geis nació en la República Federal de Alemania. Siendo niña llegó y se nacionalizó en Chile. Hizo sus estudios en el Liceo de Niñas Nº 7 de Santiago, para ingresar posteriormente a la Escuela de Periodismo de la Universidad de Chile. A su egreso, en 1960, laboró como reportera volante del diario «La Tercera de la Hora»; cuatro años más tarde trabajó como redactora de la revista «Flash», especializada en el periodismo gráfico; y en 1966 asumió la Dirección de la revista «7 Días», que editaba la antigua e importante empresa nacional Zig-Zag.

Posteriormente, en 1967, incursionó en televisión como libretista y conductora del programa «Emisión Cero», del Canal 9 de televisión de la Universidad de Chile.
El mismo año retornó al trabajo reporteril como profesional del vespertino «La Segunda», para volver en 1971 como editora de Programas Especiales del Canal de televisión de la Universidad de Chile y como conductora de los programas «Contrapunto» y «Aire Libre» de la misma estación.

En 1969 es contratada por la Universidad de Concepción. Su entusiasmo, inteligencia y capacidad de trabajo eran algunas de sus características que la hicieron merecedora al respeto y cariño de los estudiantes penquistas de la época, desvirtuando cualquier divismo y ansiedad de notoriedad pública. Sus pergaminos profesionales sobrepasan toda banalidad.

Así, con ese espíritu alcanzó luego la Dirección de la Escuela de Periodismo de la Universidad de Concepción, en álgidos momentos de participación y fuerte discusión política.

En 1972 de retorno a la capital trabajó en el Canal 7 de Televisión Nacional de Chile para animar el programa «Vamos Mujer», el que sólo tuvo una edición.
Frente a los acontecimientos de 1973, Irene se vio obligada a emigrar a Buenos Aires pasando a formar parte del equipo de redactores de la sección internacional del matutino «La Calle». Más tarde, en 1976, es nombrada asistente de Jacobo Timmerman, director del matutino «La Opinión» de la capital argentina. En 1977 abandonó Argentina para radicarse por algunos meses a la República Federal de Alemania.

De vuelta en Chile es corresponsal en el país de Latinamerican Newsletter y más tarde redactora de la revista «Clan». En 1982 es redactora política de la revista «Análisis»; en 1984, corresponsal para Chile del diario italiano «Il Manifesto» y del vespertino bonaerense «La Razón». Más tarde es corresponsal en Chile de la revista «El Periodista», de Argentina, y de la revista «Nueva Sociedad».

En 1987 es editora general y copropietaria de la revista «Pluma y Pincel», y directora del matutino «Fortín Mapocho».

El año 1989 vuelve a la docencia como profesora de la Escuela de Periodismo de la Universidad Bolivariana. En 1990 se integra al diario «La Nación» como editora de la sección Sociedad y Ciudad.

En 1990 es profesora y posteriormente directora de la Escuela de Periodismo de la Universidad Academia Humanismo Cristiano y desde 1998 profesora de la Escuela de Periodismo de la Universidad de Chile donde hasta hoy dicta la cátedra de Periodismo Político.

En su tarea profesional también encabezó un proyecto de investigación con apoyo de Fondecyt, en 1996-1998, sobre «Los hilos invisibles del deporte», junto al profesor y exalumno de nuestra universidad, Héctor Vera Vera y la periodista Clara Isabel Pérez.
Además ha publicado dos libros: «Exiliario», una serie de cuentos, en 1984; y «Copa de Vinagre», una novela editada en 1997. Por publicar tiene el ensayo «Para leer El Mercurio… y La Tercera», y la novela «La Intrusa».

Hoy, siempre preocupada del quehacer profesional y académico, recuerda con nostalgia su paso por la Universidad de Concepción y a sus alumnos de esos pocos, pero álgidos años penquistas. Consulta dónde está ahora ubicado Periodismo. Al saber que se está en el Barrio recuerda que caminar por allí era muy agradable, pese «al viento y la lluvia tan característicos de Concepción, pero eso le daba un encanto especial que no he visto en otro lado.»